En el abismo de la espera, que tanto desespera;
en el castillo que he sido encadenada por los recuerdos, tus besos, caricias y pasiones.
Perdón por querer llamar a la hora inadecuada, sin tener un poco de tacto para decirte que he sido cobarde, cobardía pura que recorre el cuerpo, invade el alma;
Ámame de tal forma que mi corazón tenga poco pulso;
Ámame de tal manera que la vida se vaya a un precipicio,